Promover la salud mental positiva en un primer episodio psicótico
Resumen
El estigma y el autoestigma son desafíos todavía presentes en el día a día de las personas con trastorno psicótico. En particular, el autoestigma puede afectar profundamente la calidad de vida y la recuperación, especialmente en aquellas personas que experimentan su primer episodio psicótico (PEP) (Link & Phelan, 2006; Brohan et al., 2011). La promoción de la salud mental positiva ofrece un enfoque prometedor para abordar estos desafíos y mejorar el bienestar general de estas personas (Sambasivam et al., 2016).
El autoestigma es un proceso interno en el que las personas con trastornos mentales internalizan las actitudes negativas y los estereotipos de la sociedad. Esto puede fomentar una baja autoestima, desmoralización y una menor disposición a buscar tratamiento o apoyo social, asociándose con una peor recuperación clínica y funcional, que puede agravar los síntomas de los trastornos psicóticos (Ocisková et al., 2014; Perlick et al., 2001).
El primer episodio psicótico, una fase crítica
Los primeros episodios psicóticos representan una fase inicial y altamente estigmatizada de los trastornos psicóticos (Link & Phelan, 2006). Durante esta etapa, el autoestigma puede formarse y consolidarse, afectando negativamente la percepción de uno mismo y la disposición a buscar ayuda (Gerlinger et al., 2013). Abordar el autoestigma desde el inicio es crucial para mejorar la recuperación y la calidad de vida.
Se ha visto que las personas con un primer episodio psicótico tienden a usar estrategias de afrontamiento menos efectivas, lo que se asocia con peores resultados y mayor autoestigma. Evaluar y mejorar estas estrategias puede ser crucial para reducir el autoestigma (Riera-López de Aguileta et al., 2020; Holubova et al., 2016).
Las personas con un primer episodio psicótico tienden a usar estrategias de afrontamiento menos efectivas y a tener mayor autestigma. Reducir el autoestigma puede ayudar a mejorar los síntomas negativos y cognitivos difíciles de tratar.
Además, estas personas tienen un mayor riesgo de suicidio comparado con la población general (Holubova et al., 2016). El autoestigma en ellas está relacionado con el suicidio a través de factores como la autoestima, la desesperanza, la calidad de vida, el apoyo social y la autoeficacia (Zaheer et al., 2020). Reducir el autoestigma podría mejorar los síntomas negativos y cognitivos difíciles de tratar; por eso es un factor clave a considerar al evaluar el riesgo de suicidio en personas con un primer episodio psicótico (Vrbova et al. 2018; Lopez, 2022).
¿Qué es la salud mental positiva?
La salud mental positiva se refiere a un estado de bienestar en el que la persona puede llevar a cabo sus capacidades, manejar las tensiones normales de la vida, trabajar de manera productiva y contribuir a su comunidad (Liu et al., 2022). La Dra. María Teresa Lluch Canut, catedrática de Enfermería Psicosocial y Salud Mental en la Universidad de Barcelona, desarrolló un modelo de salud mental positiva que incluye seis factores principales:
- Satisfacción personal: sentimiento de bienestar y satisfacción con uno mismo y con la vida en general.
- Actitud prosocial: capacidad para relacionarse positivamente con los demás y mostrar empatía y apoyo.
- Autocontrol: habilidad para gestionar las propias emociones y comportamientos.
- Autonomía: capacidad para tomar decisiones independientes y gestionar la propia vida.
- Resolución de problemas: capacidad para afrontar y resolver situaciones difíciles de manera efectiva.
- Habilidades de relación interpersonal: capacidad para establecer y mantener relaciones saludables y significativas.
Impacto de la salud mental positiva en el autoestigma
Promover los componentes de la salud mental positiva puede ser fundamental para reducir el autoestigma en personas con un primer episodio psicótico. Puede ayudar a:
- Mejora de la autoestima y el autocontrol. Fomentar la satisfacción personal y el autocontrol ayuda a desarrollar una autoimagen más positiva, desafiando las creencias negativas sobre uno mismo.
- Fortalecimiento de las habilidades de relación interpersonal. Las relaciones positivas proporcionan apoyo emocional, reduciendo el aislamiento y ayudando a las personas a sentirse más aceptadas y valoradas.
- Fomento de la autonomía y la resolución de problemas. La autonomía y la capacidad de resolver problemas permiten a las personas tomar un papel activo en su recuperación, aumentando su sentido de control y empoderamiento.
Estrategias para promover la salud mental positiva y reducir el autoestigma
- Intervenciones psicoeducativas. Educar a las personas sobre sus trastornos y la importancia de la salud mental positiva puede empoderarlas para desafiar el autoestigma y participar activamente en su recuperación.
- Terapias cognitivo-conductuales. Estas terapias pueden ayudar a mejorar el autocontrol, la resolución de problemas y las habilidades de relación interpersonal, reduciendo así el autoestigma.
- Programas de apoyo social. Fomentar la creación de redes de apoyo y la participación en actividades comunitarias puede mejorar la actitud prosocial y la satisfacción personal, ayudando a combatir el autoestigma.
- Fomento de la autonomía. Ofrecer oportunidades para que las personas tomen decisiones sobre su tratamiento y vida cotidiana puede aumentar su autonomía y empoderamiento, contrarrestando el autoestigma.
La importancia de la salud mental positiva en personas con un primer episodio psicótico
La promoción de la salud mental positiva durante los primeros episodios psicóticos es esencial para prevenir el desarrollo de creencias y actitudes negativas sobre uno mismo. A través de intervenciones que fomenten la salud mental positiva, se puede ayudar a las personas a desarrollar recursos internos y externos que mejoren su capacidad para manejar el estrés y las demandas de la vida diaria (Liu et al., 2022).
En definitiva, el autoestigma es un obstáculo significativo en la recuperación de personas con un primer episodio psicótico. Sin embargo, la promoción de la salud mental positiva ofrece un enfoque efectivo para reducir el autoestigma y mejorar la calidad de vida. Al fomentar la satisfacción personal, el autocontrol, la autonomía, la resolución de problemas y las habilidades de relación interpersonal, podemos ayudar a las personas a construir una autoimagen positiva y a gestionar mejor su salud mental desde las primeras etapas de su trastorno.
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