Claves para entender el diseño manipulativo de las redes sociales

Resumen
Imagina una máquina que conoce tus miedos, deseos y debilidades mejor que tú mismo. Así operan plataformas como TikTok e Instagram, donde cada like, notificación y video recomendado es el resultado de un diseño basado en psicología conductual y algoritmos de inteligencia artificial. Estas redes no solo entretienen, sino que utilizan la ingeniería para explotar sesgos cognitivos, como la necesidad de validación social o la curiosidad insaciable, con un objetivo claro: mantenernos ante ellas el mayor tiempo posible.
Señalamos a continuación algunas de las estrategias ocultas detrás de su diseño, analizamos su impacto en las personas que las consumen y proponemos algunas alternativas para una tecnología más humana.
Principales estrategias en el diseño
Recompensas variables
Una de las más conocidas son las recompensas variables, también llamada táctica de las tragamonedas digitales. Inspiradas en los experimentos de B.F. Skinner con ratones y palancas, TikTok e Instagram usan recompensas impredecibles para crear adicción. Ejemplo: al desplazarte por TikTok, nunca sabes si el próximo video será aburrido o viral. Esta incertidumbre activa la liberación de dopamina, igual que en los casinos. Instagram aplica esta táctica con los likes: el contador rojo aparece de forma irregular, convirtiendo cada publicación en una apuesta emocional.
Scroll infinito
Uno de los más potentes es el del engranaje o del scroll infinito. Ambas plataformas eliminan señales de parada natural. En Instagram, el feed nunca termina; en TikTok, los videos se reproducen automáticamente. Es una estimulación sin paradas, continua, que entretiene. Incluso cuando hay algún video que anuncia que deberías parar hasta mañana, el formato es tedioso para que sigas con el scroll igualmente.
Sensación de urgencia
La sensación de urgencia, que está elaborada con notificaciones y colores vivos como el rojo de las notificaciones en Instagram, no es casual. Este color activa respuestas de alerta en el cerebro. TikTok, por su parte, envía mensajes como «¡Tu video favorito tiene nuevos comentarios!» para explotar el FOMO (Fear of Missing Out), el miedo a perderse algo.
Los algoritmos de inteligencia artificial
Aparte del diseño visual, también se trabaja en el diseño de los algoritmos, es decir, en cómo se va a gestionar la personalización y la interacción con el usuario. Los algoritmos analizan cada interacción (tiempo de visualización, pausas, shares) para predecir qué contenido enganchará más. Ejemplo: si ves un video de gatos en TikTok hasta el final, la plataforma te mostrará diez videos similares seguidos, creando un «bucle de interés» difícil de romper.
Eso significa que se prioriza la parte emocional sobre la racional. Algunos estudios internos de Meta (dueña de Instagram) revelan que los algoritmos priorizan contenido que genera reacciones intensas, como indignación o morbo. (Horwitz & Seetharaman, 2021; Alfano et al., 2021; Harris, 2016; Meta, 2023). Así, un video polémico sobre política o un reto extremo tiene más probabilidades de volverse viral, aunque dañe la salud mental. Imaginemos que alguien está depresivo y empieza a consumir contenido relacionado con la depresión; las plataformas alimentarán al usuario con más contenido que aumente su estado emocional, por eso, es tan negativo para las personas con problemas de salud mental. (Bucher, 2018; Cotter, 2019).
Un estudio comprovó que el 70% de adolescentes expuestos a contenido de influencers de fitness o de belleza reportaron sentimientos de inferioridad; y los trastornos alimentarios fueron un 40% más frecuentes en usuarios activos de Instagram.
The Wall Street Journal realizó un trabajo exhaustivo en el que programó bots para que se hiciesen pasar por usuarios e interaccionaran con TikTok, con el que demostró que el algoritmo de esta plataforma puede determinar los intereses de los nuevos usuarios en pocas horas. Además, al mostrar solo contenido afín a las creencias del usuario, los algoritmos refuerzan prejuicios. Es lo que se conoce como cámaras de eco, y muchas veces promueven la radicalización. En 2021, The Wall Street Journal demostró que Instagram promovía discursos de odio a adolescentes interesados en teorías conspirativas. (The Wall Street Journal, 2021).
Impacto en las personas usuarias
Se debe tener en cuenta el impacto en la salud mental, pues puede fracturar la autoestima. Un estudio de 2023 en Journal of Social Media and Society encontró que el 70% de adolescentes expuestos a contenido de influencers de fitness o de belleza reportaron sentimientos de inferioridad; y los trastornos alimentarios fueron un 40% más frecuentes en usuarios activos de Instagram. (Cohen et al., 2023; Tiggemann & Anderberg, 2022).
Además, debemos tener en cuenta que algunos de esos influencers no son ni personas, sino Inteligencias Artificiales (IA), sobre todo en Instagram. Es decir, las personas comparan con figuras creadas por IA su físico, que habitualmente está profundamente estereotipado.
Algunos ejemplos de estas influencers creadas con IA son:
Lil Miquela (@lilmiquela) – Instagram
- Seguidores (oct 2024): ~2.6 millones
- Probablemente la influencer virtual más famosa. Es una «adolescente» de diecinueve años, de origen brasileño-estadounidense, que vive en Los Ángeles. Es modelo, cantante (su música es generada por IA) y activista. Publica fotos de su «vida» (totalmente ficticia), interactúa con «amigos» (otros influencers virtuales), y promociona marcas de moda, música y tecnología. Su estética es hiperrealista, aunque todavía se nota que es CGI.
- Creadores: Brud (una empresa de tecnología y medios con sede en Los Ángeles).
Shudu (@shudu.gram) - Instagram
- Seguidores (oct 2024): ~240k
- Se presenta como «la primera supermodelo digital del mundo». Shudu es una «mujer negra» de gran belleza, con una estética muy cuidada y elegante. Participa en campañas de moda y belleza.
- Creador: Cameron-James Wilson (un fotógrafo británico).
Imma (@imma.gram) – Instagram
- Seguidores (oct 2024): ~400
- Una «chica japonesa» con un distintivo cabello rosa. Imma tiene un estilo urbano y moderno. Publica fotos de su «vida» en Tokio, interactúa con marcas de moda y tecnología, y participa en eventos virtuales.
- Creadores: Aww Inc. (una empresa japonesa especializada en personajes virtuales).
La Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre los efectos secundarios del uso excesivo de redes sociales. El uso problemático de redes sociales se asocia con ansiedad, insomnio y baja autoestima, especialmente en adolescentes. La OMS recomienda más investigación para definir criterios diagnósticos específicos. (OMS, 2022)
El problema no son las redes sociales, sino su modelo de negocio basado en la explotación de la atención. El reto es crear un ecosistema digital donde la psicología se use para empoderar, no para manipular.
Por otro lado, investigaciones del MIT muestran que los algoritmos aumentan en un 40% la exposición a noticias falsas frente a fuentes verificadas. Lo que se traduce en una polarización social hacia la invención y un alejamiento hacia los hechos verídicos y contrastados. (Aral, 2021; Vosoughi et al., 2018; Deb et al., 2020). Por eso es crucial que seamos conscientes de los pensamientos que tenemos cuando las consumimos y críticos con las noticias e informaciones consumidas.
Alternativas para una tecnología más humana
Para revertir la influencia negativa de las redes sociales se pueden llevar a cabo diferentes acciones, como por ejemplo:
- Hacer diseños más éticos que opten por la transparencia. Por ejemplo, añadir una opción para ver «por qué me recomiendan este contenido» y botones para ajustar preferencias («Menos videos de dietas extremas»).
- Programar límites proactivos, no reactivos. De forma que se pueda bloquear el feed tras 45 minutos de uso. Con notificaciones compasivas: «Llevas dos horas hoy en Instagram. ¿Quieres guardar tus fotos y cerrar?», mostrado en una pantalla sobria, sin colores vivos ni animaciones insulsas. Y que no permita seguir realizando scroll. De manera que se priorice el «tiempo de calidad» (interacciones significativas) sobre el «tiempo de pantalla».
El problema no son las redes sociales, sino su modelo de negocio basado en la explotación de la atención. Plataformas como Pinterest ya dan pasos positivos. Por ejemplo, al buscar #depresión, sugieren recursos de ayuda en lugar de contenido viral. El reto es crear un ecosistema digital donde la psicología se use para empoderar, no para manipular. Como usuarios, exigir transparencia y apoyar aplicaciones éticas puede ser el primer scroll hacia un futuro más saludable.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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