La prevención pasa por promover actitudes y hábitos saludables en las diferentes áreas de la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes, y esto empieza por revisar nuestro funcionamiento como referentes.

Algunas recomendaciones básicas son:

• Ser modelos: los niños y niñas aprenden, principalmente, por imitación. Debemos hacer un uso responsable de las tecnologías de la información, comunicarnos, que nos vean disfrutar de otras actividades.
• Establecer normas claras para regular el uso de las pantallas en función de la edad. 
• Pasar tiempo en familia: promover tiempo de ocio sin pantallas mejorará la cohesión familiar y supone un factor protector de salud general (actividad física, cultural o social).
• Mantenernos al día de las tecnologías de la información de calidad nos acercará a ellos y nos ayudará a conocer mejor los riesgos y las potencialidades.
• Fomentar el diálogo y el espíritu crítico (ayudar a pensar).
• Una rápida detección de que «algo va mal» ayudará a parar la espiral negativa y a reconducir la situación. 
• Trasladándoles nuestra preocupación de una manera sencilla podemos ayudarles a autoobservarse y desarrollar un pensamiento crítico que les permita hacer un uso saludable de las tecnologías.