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Enric Garrigues Talavera
Persona con experiencia en trastornos depresivos y adicciones

«Cuando dormía era el único rato que no sufría»

Enric Garrigues

«Cuando tenía doce años mis padres se separaron. Lo pasé muy mal con la batalla que había en casa. Fue un choque muy grande para mí y me cayó el mundo encima. A partir de ahí, todo cambió, empecé a beber, a fumar porros... Terrible». Así empieza a relatar su historia Enric Garrigues cuando le preguntas sobre sus problemas de adicción y los trastornos depresivos, presentes en su vida durante más de treinta años. Ahora, ya recuperado y junto a su mujer y a sus dos hijos, mira atrás y piensa: «He sufrido tanto en mi vida, que ahora no tengo ganas de sufrir más».

La adicción al alcohol ha sido para él tanto una causa como una consecuencia de sus depresiones, nos comenta sin ningún tipo de tabú: «El alcohol te neutraliza el cerebro y te hace estar contento. Pero es como una espiral, tú estás allá dentro y haces lo que puedes». Y en los momentos más complicados, que hubo unos cuántos, Enric solo sentía tristeza y pensaba que ya no podía seguir hacia ninguna parte. Entonces, «el mejor momento del día era cuando me iba a dormir, porque, si no tenía ninguna pesadilla, era el único rato que no sufría».

Dejé de beber hace catorce años y es algo que nunca hubiera pensado que podría hacer.

Y en esta espiral de la que nos habla y que lo arrastró durante tantos años, sin trabajo, sin dinero, con deudas, con situaciones vitales acumuladas que le hacían difícil salir de ahí, intentó poner fin a su vida dos veces. Pero ha salido adelante. «Dejé de beber hace catorce años y es algo que nunca hubiera pensado que podría hacer», recuerda con cierto orgullo. Y entonces tuvo que empezar de nuevo.

Pero si hay un aspecto que resalta en su proceso de recuperación del trastorno depresivo es el Hospital de Día del Baix Llobregat (Barcelona). «Estuve yendo cada día durante cuatro meses y me fue muy bien. Tienes una rutina, te marcan unas pautas, te ayudan a recuperarte y también a volver al mercado laboral, y puedes compartir con otras personas que han pasado por lo mismo». Y desviando la mirada hacia arriba, recuerda: «Claro, es que yo hasta que no fui allí, estaba todo el día en la cama».

La pareja, su gran apoyo

A Enric le cambia la cara cuando habla de su familia. «La familia lo ha sido todo en mi recuperación». Y entre su familia, su gran apoyo ha sido su mujer, de quien destaca sorprendido «la fuerza que tiene para salir adelante». Y nos comparte el día que su mujer le dijo «o paras o me voy con nuestro hijo», y él decidió parar, dejar de beber y buscar soluciones. También se ha sentido acompañado por los amigos, por los suegros... por la gente que le quiere y, evidentemente, por sus dos hijos.

El camino ha sido largo y nada fácil, con recaídas y altibajos, y ha tenido que cambiar muchas dinámicas, costumbres y hábitos. Y ¿cómo lo hace para seguir en este camino? Él afirma que lo único que hace es trabajar y estar con la familia, que «lo más importante es estar ocupado, porque cuando estás muy mal, no puedes estar ocupado, y esto es un pez que se muerde la cola». Aun así, reconoce que, además del trabajo, le cuesta hacer otras cosas. También incluye en este proceso de recuperación la medicación, que la ayuda «a estar bien».  

Mi gran apoyo ha sido mi mujer, de quien todavía me sorprende la fuerza que tiene para salir adelante.

«Si te quieres curar, te tienes que poner en manos de los profesionales, esto está claro», advierte Enric. «Si yo he podido salir, todo el mundo lo puede hacer también, de verdad. Te tienes que coger de un hilo que creas que te puede ayudar y tirar de él».

El estigma, el miedo y la vida

«No voy con un megáfono predicando lo que me ha pasado, pero si alguien me quiere escuchar, yo se lo explico tranquilamente», nos dice. Enric no tiene ninguna manía en explicar su historia, a pesar del estigma que rodea los trastornos de salud mental. «Hay gente que piensa que no trabajas porque eres un holgazán, por ejemplo, y no porque estás hecho polvo y no puedes levantarte para ir a trabajar. Pero esto es ignorancia total. A mí no me importa nada lo que piensen de mí, porque esto le puede pasar a todo el mundo y creo que todo el mundo lo tendría que saber». Él ha compartido con su hijo mayor su experiencia, sobre todo con la adicción al alcohol, «obviando quizás los momentos más duros», consciente de que hablar es un buen método de prevención. «Y al pequeño, cuando crezca un poco, también se lo explicaré», avanza.

Enric se siente recuperado. Durante la conversación nos ha dicho varias veces que se siente feliz, siempre con la coletilla de «a mi manera» y sin esconder que tiene miedos y angustias, sobre todo pensando que le pueda pasa algo a su mujer o a los hijos: «Soy una persona más bien negativa, que siempre piensa en lo peor», confiesa. Trabaja, quizás «un poco demasiado estresado», se siente reconocido y esto le hace subir la autoestima, acompaña a su hijo al fútbol, tiene ratos de sofá y manta, cree que se tiene que empezar a ocupar de su espalda... y continúa disfrutando de una de sus grandes pasiones: la música. «Si lo miro con perspectiva, ahora me siento bien...a mi manera».

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 27 de Marzo de 2023
Última modificación: 30 de Enero de 2024

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