¿Las personas con autismo tienen una «batería social» que se agota y tienen que estar solas para «recargarla»?
Todas las personas podemos sentir que nuestra «batería» se agota en algunos momentos. En el caso concreto de las personas autistas, no se puede generalizar, pero sí que es cierto que los esfuerzos que hacen a veces con las interacciones sociales, las conductas de masking y la sensorialidad del entorno pueden agotar antes esta «batería». No obstante, es variable para cada persona y también puede ser distinta según el momento vital de la persona o el contexto. Y eso no quiere decir que la persona autista no tenga interés social (eso también es particular de cada persona), quiere decir que los estímulos externos han acabado saturándola y agotándola.
Para recuperar esta energía cada persona tiene sus estrategias, que muchas veces pasan por la reducción de estímulos o que éstos sean más controlados. Eso puede implicar, irse a dormir, aislarse en una habitación como si fuera un «rincón de la calma», darse una ducha, jugar a solas con la mascota... Las necesidades y la manera de recuperarse pueden ser muy variadas. Es importante respetar a la persona y facilitarle estos espacios, para evitar episodios de saturación que puedan generar un elevado malestar (meltdown o shutdown). Ante la duda, siempre puedes intentar preguntarle a la propia persona qué necesita.